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Amoragando

Etapa 7: Rumbo SO-SO

Etapa 7: Rumbo SO-SO

Ha llegado la hora de partir. Dejamos con tristeza nuestras habitaciones en el Parador Nacional, despedimos con lágrimas en los ojos unos a las chatis y otros a los cabreros del silbo, y nos disponemos a embarcar. No sin antes ultimar algunos preparativos, reponer el material y las vituallas gastadas y adquirir alguna cosa que nos faltaba. 

Dejamos el puerto de Santa Cruz de la Palma y en pocas horas ya sólo divisamos hacia popa los picos más altos de las islas. Aunque el océano Atlántico es más travieso que nuestro querido Mediterráneo la navegación es más tranquila de lo esperado. La superficie del agua es menos plana, dando una sensación parecida a la que se tiene cuando conduces por una zona de colinas con continuos cambios de rasante. Pero subimos y bajamos las colinas de agua con cierta suavidad. Alguno chulea y pregunta si era éste el mar que tanto debíamos temer y algún otro le contesta que mejor no hablar por si acaso. 

Sin ningún tipo de problema y tras dos días de navegación llegamos a la isla de Barlovento (Santo Antao para los nativos y los portugueses), en el archipiélago y país de Cabo Verde. (Aquí un par de enlaces para que perdiendo el tiempo en los blogs al menos aprendamoas algo: uno y dos)

Rodeamos la isla y desembarcamos en su costa Sur, en el pequeño puerto de Porto Novo. La ciudad nos decepciona. Con apenas 5.000 habitantes no hay más que cuatro calles sin asfaltar y unas cuantas casas y barracones. Y por supuesto mucha más pobreza de la que sería deseable en cualquier lugar (rectifico la expresión: lo deseable es que no hubiera pobreza). En cuanto al lugar nos proponemos visitar la isla para conocer la famosa selva seca de Cabo Verde (¿selva seca? quien no se consuela es porque no quiere). Esto de la selva seca consiste en los pocos restos que quedan de la vegetación de la isla anterior a su colonización: unos pocos matojos secos y chuchurríos, de los que encima apenas quedan.

Vistos los 4 matojos que había que ver y una vez pateados un par de valles descansamos un par de días más. El espíritu de aventura se impone a las ganas de visitar más islas de Cabo Verde, por lo que nos disponemos ya, por fin, a cruzar el charco.  

Etapa 6: Rumbo SO-SO

Etapa 6: Rumbo SO-SO

Mi amigo Rafa dice en el patio de su casa que ha leído que esto de los blogs es una moda pasajera camino de la extinción. No sé cuánto durará esto de los blogs, pero yo por si acaso me rebelaré contra la pereza y continuaré el viaje, no sea que los blogs se extingan antes de su fin y nos quedemos varados en el Antártico Sur rodeados de pingüinos.

 

Como recordaréis habíamos dejado la Isla Grande, que como su propio nombre indica es la isla más grande del archipiélago de las Islas Salvajes. Dejamos atrás a los guardas portugueses y sus fados y cruzamos el pequeño estrecho que separa la Pitón Grande de la Pitón Pequeña, las islas menores de las Salvajes. Estas islas están completamente deshabitadas y carecen de guardas, pero pocas ganas nos quedan de desembarcar aquí, no sea que algún guarda se venga nadando a cantarnos más fados.

 

Fijamos rumbo SO-SO y pronto avistamos en la lejanía un pico que corta el horizonte. Es el Teide, visible desde gran distancia con sus 3.800 metros de altura. Al poco vemos varios picos más que cortan el horizonte. Son las montañas de otra isla con sus nada desdeñables 2.400 metros. En pocas horas arribamos a nuestro destino: la isla de la Palma.

 

Llegamos al puerto de Santa Cruz y rápidamente nos buscamos un buen hotel donde ducharnos y gozar de camas amplias y habitaciones espaciosas y confortables… ¿os parece bien el Parador Nacional?

 

Pasaremos unos días por aquí realizando excursiones y descansando. Imprescindible patear bien la Caldera de Taburiente, que ofrece unas excursiones maravillosas. Desde arriba podemos observar el Teide en la lejana isla de Tenerife, el pico siempre presente en el horizonte canario.

 

Si no recuerdo mal es ésta la última isla canaria conquistada a los guanches. Aquí Tanausú resistió hasta el final y fue vencido. Si queréis profundizar sobre al isla y su historia pinchad aquí. Aunque en la wikipedia, como siempre, se depende de las neuras del tipo que escribe cada entrada, y esta vez ha tocado uno de esos obsesos con la Guerra Civil. Le dedica más a una semana de dicha Guerra que a la conquista de la isla. Cositas de wikipedia.

 

Sobre La Palma puedo recomendar un libro que leí hace ya varios años: Tanausú de Harald Braem, un alemán que muestra gran simpatía por los guanches y animadversión hacia los españoles (desconozco si actúa del mismo modo con los polacos respecto de sus compatriotas alemanes). A mí el libro me gustó y aclara bastante sobre los indígenas. Pero al que le aburra la novela histórica le aconsejo que se conforme con los enlaces que pongo por aquí. Os dejo otro enlace interesante.

 

Por contar anécdota, uno de los municipios de las isla se llama Los Llanos de Aridane. Resulta un nombre curioso por cuanto Aridane en la lengua prehispana significaba Los Llanos, con lo cual el nombre del pueblo resulta un tanto redundante. Este tipo de cosas fue bastante común en la conquista de América. Por ejemplo, en el siglo XVI unos navegantes españoles llegaron a la costa y se dice que al primer indio que pasaba por allí le preguntaron “¿cómo se llama esta tierra?”. El indio respondió “yuk ak tan” (no entiendo, en lengua maya). Y desde entonces aquella tierra se llama Yucatán. Menos mal que el indio no contestó “gilipollas”. En fin, disculpas por mezclar Méjico con la isla de la Palma.

 

Hagan excursiones, coman mojo picón y papas arrugás, practiquen el silbo con los cabreros, benefíciense lindas señoritas (que en los próximos meses o cambian de acera o se olvidan del tema, - a menos que se suban mujeres al barco, cosa que de momento no ha ocurrido-), paseen ahora que tienen más de 12 metros lineales para caminar… disfruten, que a partir de ahora de verdad que vendrá lo duro.  

Etapa 5: Rumbo E-SE

Etapa 5: Rumbo E-SE

Muy bien marineros, ya estamos a salvo. La coordinación ha sido clave para evitar los problemas del mar, o más bien de algunas islas del mar. En cuanto perdemos de vista la isla agradecemos que los soldados vayan tan borrachos que no sean capaces de arrancar sus zodiac, y continuamos la travesía.

Retomamos la cena que había quedado a mitad y luego nos quedamos al pairo, ya que es conveniente que pasemos el estrecho por el día. ¿Por qué no pasarlo por la noche? Pues porque hay mucho tráfico, y mucho de ese tráfico mejor no encontrárselo. No, no hablo sólo de la pobre gente que cruza el estrecho como puede. Hablo de las planeadoras y los simpáticos traficantes que suelen resguardarse en Gibraltar, ese pequeño enclave poblado por simpáticos sujetos que afirman continuamente “no zemo ezpañole” pretendiendo ser los anglosajones que no son. Pero siempre es mejor vivir del contrabando y el narcotráfico como gibraltareño “inglé pero no ezpañó” que pagar sus impuestos como “todiós” en “Ezpaña”.

Se hace de día y allá que nos dirigimos. Al ser la única salida del Mediterráneo al Atlántico las corrientes frías atlánticas entran en la profundidad y las cálidas aguas que salen al océano lo hacen en superficie. Así que sólo tenemos que dejarnos llevar por la corriente. Este hecho provocó grandes quebraderos de cabeza a los submarinos alemanes en la II Guerra Mundial, pues entraban sumergidos fácilmente en el Mediterráneo pero no tenían suficiente potencia para navegar sumergidos contra corriente. Y como lo tenían que hacer en superficie suponían un blanco perfecto para las baterías costeras gibraltareñas. (Si queréis profundizar en el tema no os perdáis las imprescindibles e interesantísimas memorias de Karl Dönitz).

En fin, pasamos las columnas de Hércules, una de ellas repleta de anglosajones de “faralaes, manzanilla, pezcaíto frito y xipirone, ozú”, y ¡¡¡¡por fin!!!! El Atlántico se abre a nosotros… Navegamos hacia el océano abierto mientras las costas se separan a ambos lados hasta hacerse invisibles tras el horizonte. Y dirigimos el rumbo a la que para mí es la primera gran sorpresa de nuestro viaje: las Islas Salvajes (aunque seguro que vosotros ya las conocíais) 

Ficha de las Islas Salvajes:

Ficha Técnica: Aquí

Habitantes: Temporalmente unos pocos guardas… y lusos.

Para buscar (en guguel-erz): 30º 08´47´´N; 15º 51´53´´W.

Curiosidad: Sinceramente, desconocía que existieran.

Estatus jurídico: Indeterminado. España no le reconoce a Portugal la soberanía, pero de facto las ocupa Portugal. Si se enteran nuestros amigos de Alborán igual las invaden y fundan una comuna de amor con los guardas lusos (Además los carnavales de Tenerife y las Palmas les quedan a menos de 200 km.). 

Avistamos las islas a media mañana e inmediatamente nos ponemos alerta. Más que nada queremos evitar que nos reciban a cañonazos en le creencia de que somos enviados españoles preparando al invasión. ¿Qué por qué? Habrá que explicarlo para los vagos que no hayan pinchado el enlace de la wikipedia: parece que desde tiempo inmemorial España y Portugal se disputan la soberanía del archipiélago. En 1911 España quiso construir un faro en la Isla Grande y ante las quejas de Portugal se suspendió el proyecto para llegar a un acuerdo (acuerdo que por supuesto nunca llegó). Años después fue Portugal la que construyó el faro y ante las protestas de España se descojonaron y lo construyeron. Así que esos pringaos portugueses a los que no tenemos en cuenta nos tomaron el pelo como han hecho todos los países del mundo desde hace algo menos de 200 años. En fin, para saber más del tema no me sean vagos y miren los enlaces. Aquí tienen uno muy completo; eso sí, advierto que está en portugués, así que alejen a sus mujeres al leerlo, no sea que les salga bigote. 

Cuando desembarcamos nos esperan los guardas con cara de pocos amigos, así que preparamos un discurso para no ser rechazados: les explicamos que España es el único país del mundo en que los inmigrantes presumen de españoles y los españoles reniegan de serlo. Los guardas quedan convencidos al ver que no somos inmigrantes (que no seamos negros ayuda) y deciden que no resultamos peligrosos. Así que se limitan a vigilarnos para que no pisemos plantitas endémicas ni molestemos a pajarracos lusos.  

Estos guardas lusos no representan peligro alguno. Son guardas del Servicio Medioambiental, es decir, funcionarios. Y como tales funcionarios a las 15:00 nos comunican que ha terminado su turno y que nos busquemos alguien que nos vigile, pero si queremos podemos beber Oporto con ellos. (Una lección estamos aprendiendo: en todas las islas pequeñas el aburrimiento y la dipsomanía se apodera de sus habitantes) 

Bebemos Oporto, y al poco los guardas ya van borrachos como perros. Estos no se dedican a perseguirnos como la soldadesca; sus intenciones son aún peores: empiezan a cantar fados… (me retracto: estos guardas lusos representan un gran peligro).

Tres horas escuchando fados de Coimbra junto al sopor  causado por el vino de Oporto consiguen que quedemos profundamente dormidos. Pasan las horas y vuelve a amanecer. Sin embargo es como si no hubiera pasado el tiempo. Nosotros despertamos pero los guardas lusos siguen cantando los mismos fados que cuando nos habíamos dormido. Esto ya no hay quien lo soporte, así que una vez más decidimos huir. 

Antes de partir, -con gran dolor de cabeza-, cargamos unas cuantas garrafas de agua en una de las fuentes de la isla mientras oímos cómo los guardas lusos no dejan de cantar fados. Subimos al barco y nos alejamos de la Isla Grande mientras los fados no dejan de sonar en la isla…      

Etapa 4: Rumbo S- SO

Etapa 4: Rumbo S- SO

Vale marineros. Ya hemos tenido bastante. Demasiado descanso, demasiada cerveza, demasiado relax, demasiado arrocito de pescado… si nos acostumbramos al aburrimiento y la buena vida luego no sabremos sufrir. Zarpemos… 

Enfilamos rumbo S directos hacia Argelia, pero a mitad camino viramos rumbo O… hacia el estrecho de Gibraltar, ya con ganas de salir de esta mansa bañera que es el Mediterráneo. La navegación es tranquila, viento suficiente pero no demasiado fuerte. Podemos charlar sobre cubierta, disfrutar de las templadas noches de luna llena, beber cervecitas mientras nos divertimos pescando, disfrutar del mar… Pero antes de enfilar el estrecho tenemos una parada obligada: Alborán.

FICHA DE ALBORÁN:

Ficha técnica: aquí 

Habitantes: Temporalmente 15 soldados y un suboficial chusquero. Dicen que alguna vez se vio la cabra de la legión. Hace tiempo había una foca monje, pero harta de la televisión se largó para no volver jamás.

Curiosidad: Es la única isla deshabitada del Mediterráneo que tiene campo de fútbol.

Estatus jurídico: ("pa" los listos): aquí

Llegamos a Alborán al amanecer y atracamos en el pequeño puerto que posee, donde sólo hay una zodiac de la Infantería de Marina del glorioso ejército español. Su actitud es muy distinta a la del día que hicieron el reportaje; entonces eran educados y bebían agua mineral, mucha agua mineral. Ahora no. Y ellos son tan gloriosos, que allá que salen a saludarnos los valientes soldados felices y contentos por tener alguna distracción en los 15 días del turno que les ha tocado pasar.Somos para ellos como la Nancy para una niña de papá… y quieren entretenerse a nuestra costa. Así que primero comemos todos juntos en su barracón, y luego nos retan a jugar un alcohólico partido de fútbol en el pedregoso campo de la isla. Sabemos que el tuerto anda lejos de aquí, y además ellos tienen armas y nosotros no, así que aceptamos.A mitad partido sale de su estancia el suboficial chusquero en el estado normal de un suboficial chusquero: borracho como un perro. Se pone a gritar que somos unas mariconas por entretener a sus hombres, y nosotros no decimos nada porque vemos la pistola al cinto; y una pistola y un borracho juntos tienen más peligro que una piraña en un bidet.

Así que los soldados se retiran y nosotros aprovechamos para visitar las cuevas de la isla y su escarpada costa. Algún pirao observa las aves marinas (sólo los piraos observan las aves, de ahí ese sustantivo que parece designar a un loco: ornitólogo).Mientras paseamos recuerdo la anécdota que me contaba un amigo que hizo la mili en Melilla hace ya algunos años. Me decía mi amigo que los soldados que van a Alborán lo hacen sólo quincenalmente, porque el viento y la soledad son tan grandes que la peña se raya y ocurren percances serios. Me contaba también una leyenda muy famosa sobre la isla. No sé si será cierta o no, pero conociendo algunos ilustres de nuestro glorioso ejército (que para algo hice la mili) yo me la creo: decía mi amigo que los que iban destinados a Alborán bebían tanto y tan rápido que las existencias de alcohol se agotaban en unos pocos días. Entonces los soldados se hacían cubatas con colonia. Así que los cubatas de Barón Dandy eran famosos entre los reclutas que tenían la suerte de conocer la exótica África y oían hablar de Alborán (ayyyyyyy, ese sueño que todo hubiéramos querido cumplir… la mili en las plazas africanas).

Ya es noche cerrada y nos dirigimos al barco para cenar y dormir. Los borrachos soldados nos llaman a gritos, pero preferimos no ir al barracón. Preparamos la cena, y poco a poco se van oyendo más y más ruidos raros en el muelle. Botellas rotas, risas, gritos de ¡¡¡venid pajaritos!!! y ¡¡¡¡estoy en línea!!!!... nosotros callamos y nos miramos. Nadie habla, nadie ríe… De repente, alguien dice lo que todos piensan: “si estos tíos beben Baron Dandy cuando no tienen güisqui ¿qué serán capaces de hacer cuando no tienen mujeres?”. Una botella se rompe cerca del barco y algunos soldados se dirigen hacia nosotros… no nos lo pensamos. Nadie dice nada, pero todos actuamos con una sincronización que no habíamos visto antes. En apenas 30 segundos hemos soltado amarras y desplegado velas, y poco después ya estamos fuera del puerto. Los soldados corren hacia el muelle, alguno se tira al agua llamándonos, otro nos enseña la minga. Pero nosotros no estamos para mingas, sólo queremos enfilar el océano, salir al Atlántico, buscar tierras vírgenes y sentirnos libres lejos de la vieja y decrépita Europa… 

Etapa-3: Dirección S-SW

Etapa-3: Dirección S-SW

Espero que la estancia en Ibiza haya sido de vuestro agrado. Y espero también que hayáis aprovechado el tiempo… no van a quedarnos muchas oportunidades de diversión más adelante.  Soltamos amarras y nada más salir costeamos las bellas costas de Formentera. No pararemos en esta ocasión en la que es una de mis islas favoritas. Al fin y al cabo podemos ir cualquier fin de semana desde Valencia (aunque si no queremos encontrarnos legiones de “macarronis” montados en Vespino resulta aconsejable evitar el mes de agosto). Respecto a Formentera sólo haré un comentario más: me resulta sorprendente cómo todo el mundo se vuelve loco  por irse al Caribe buscando aguas cristalinas cuando a 3 horas de casa tiene unas aguas tanto o más cristalinas.

Una vez superada Formentera fijamos el rumbo S-SW. La travesía una vez más es tranquila. El Mediterráneo cumple con su obligación de darnos buenos días de navegación, que ya vendrán más adelante los infortunios. Alguien propone sacar los curris e intentar pescar un atún. ¿Por qué no? Sólo falta que tengamos suerte y nos hayan dejado alguno los japoneses… tras un rato, unas cervezas y alguna conversación sobre nuestras experiencias en Ibiza, por fin pica un atún (el que pudo escapar a los japoneses pero no a nosotros). Lo sacamos… ¡¡¡¡che!!!! ¡¡si pesa topecientos kilos!!. 

Siempre me han llamado la atención las películas de sobremesa. La familia va feliz en su barquito y pesca un pez enorme entre risas y felicidad, y en la siguiente escena ya salen de la plancha perfectos filetitos de pescado que la familia come en manifiesta armonía. La realidad no es así y siempre supera a la ficción, porque ahora viene lo que no sale en las pelis ¿quién limpia el atún?. A la hora de pescarlo ha habido risas y felicidad (como en las pelis), pero luego cada uno mira para un lado y, de repente, a todos los entran ganas de hacer cosas. Uno sube al mástil para ver si todo va bien por allá arriba, el otro quiere comprobar las velas de repuesto y uno más baja a la sentina a ver no sé qué. Pero como éste es un viaje virtual pasaremos de estos problemas menores, -o no tan menores-, y nos dedicaremos a cosas que sólo pueden hacerse en un viaje virtual.

Los filetes de atún ya están cortados y, como siempre, a más de uno no le gusta comérselo a la japonesa. Así que habrá que hacerlos a la plancha y ponerles alguna salsa. ¿Que no tenemos? No hay problema. Estamos navegando frente a las costas de la Vila.Joiosa, y aquí con una simple y rápida inmersión nos podemos surtir de salsas únicas. Para algo estamos sobre el yacimiento Bou-Ferrer y hay que aprovecharlo. En cualquier caso resulta aconsejable no mirar la fecha de caducidad. Por si acaso.

Estamos ya abandonando las costas por las que transcurre la acción de la primera de la serie de 20 novelas marítimas de Patrick O´Brian. Tenía que comentarlo y recomendarlas… Un par de horas después de la comida ya avistamos en el horizonte la costa de una isla. 

Ficha de la isla:  

 Ficha técnica: Aquí

Habitantes: 30 indígenas: En verano 3 ó 4.000 turistas plastas. 

Nombre: Tabarca 

Como no son fechas veraniegas en la isla poco hay que hacer. Sí que podemos aprovechar para dormir en una cama que no se balancee, que para eso está el hotel de la isla. También podemos degustar el caldero tabarquí (una especie de arroz a banda) y el célebre calamar de potera a la plancha, que según cuenta está que se sale. (es aconsejable no morder la potera por lo que pueda pasar). 

Disfrutemos de la isla, comamos bien, charlemos en el bar, durmamos en camas estables, y cuando nos apetezca seguimos viaje… 

PD: Dedicado a los que querían más sobre la ruta y menos sobre la isla. 

Columbretes-Ibiza

Columbretes-Ibiza

Ya llevamos varios días en las Columbretes. Demasiada calma. Ya es hora de que nos pongamos en marcha y visitemos la próxima isla. Nuestro destino: Ibiza.

Queridos marineros… ¿alguno de vosotros no conoce Ibiza? Había pensado no poner ningún link por lo obvio del tema, pero al final he decidido ponerlo por si nos visitara algún hijo de la LOGSE. Ahí va el sorprendente link de Ibiza: ¿Qué por qué sorprendente? Porque casi destaca más que Pink Floyd visitó una vez un bar de la isla que la propia historia de la misma. Hay que joderse… supongo que será porque el de wikipedia es un seguidor del grupo, porque encima lo definen como “el mejor grupo de rock de la historia” (y conste que soy un apasionado de Pink Floyd y tengo toda su discografía, -en vinilo, por cierto-, pero creo que cada cosa tiene su medida y su lugar). 

En fin. Un cero a Wikipedia. ¿Cómo pueden dedicar un apartado a la historia de Ibiza sin mencionar la palabra púnica? ¿es eso una enciclopedia? En fin. Si alguno de mis queridos marineros quiere disfrutar de la lectura en alguna de las calas de la isla siempre puede profundizar en lo que no nos cuenta wikipedia: que Ibiza fue la isla púnica por excelencia, la principal base en Hispania del apoyo a Cartago. Qué pena da una civilización que quedó completamente destruida tras la derrota del genial militar Anibal ante el no menos genial Publio Cornelio Escipión. En fin, así es la historia de la humanidad, o destruyes o eres destruido. 

Si algún marinero tiene otro tipo de inquietudes, como puede ser el consumo de determinadas sustancias,  siempre puede contactar con el ínclito Pocholo que gustoso le enseñará los secretos alucinógenos de la isla. 

Si por contra tenemos entre nosotros algún admirador de las últimas tendencias de la cultura inglesa su destino es San Antonio. Allí podrá disfrutar de las últimas tendencias culturales británicas, como son el torrarse por la tarde-noche a base de grandes ingestas de alcohol para luego torrarse por la mañana al sol mientras se duerme la mona y se va incubando un futuro cáncer de piel sobre esa epidermis tatuada que se abrasa, dejando a salvo sólo los pliegues de los michelines. Para quien prefiera esta opción lo mejor es coger un vuelo a Londres (aunque sea desde la misma Ibiza) para, una vez allí, volver a ibiza con uno de esos módicos paquetes de los tour-operadores británicos. (Es curioso pero sale más barato visitar Ibiza desde Londres que desde la propia Ibiza)   

El que lo prefiera puede visitar la monumental ciudad de Ibiza, o disfrutar de sus calas.

Y si se nos ha colado algún activista pancartero también tendrá entretenimiento: asistir a las manifestaciones contra la construcción de la absurda y estúpida autovía entre Ibiza y San Antonio. 

Cada uno que haga lo que le venga en gana, que para eso estamos en Ibiza. Eso sí, lo que ninguno debe perdonar, haga lo que haga, es una buena caldereta de langosta. Eso sí, hagámonos a la idea de que vamos a pagar por la comida aproximadamente lo mismo que un inglés por 14 días a pensión completa en San Antonio.   

En fin marineros. Aquí tenemos para todos los gustos. Disfrutad de la isla que el viaje se va a complicar y pronto se acabará lo bueno…  

Valencia-Islas Columbretes

Valencia-Islas Columbretes

Nadie nos despide en el puerto. Pero es natural porque a nadie le importa nuestro viaje. Es lo normal. Ni tenemos “sponsors” ni queremos tenerlos. Y además ni transportamos drogas, ni joyas, ni chicas playboy, ni la elección de los políticos depende nosotros.

Así que para allá partimos, solos en el mar… ¿Solos? Noooo. Nada más salir del puerto nos vemos zarandeados por las olas causadas por veloces veleros haciendo trompos y derrapajes… los FórmulaUnodelMar les llaman. Van tripulados por unos fornidos y pijos mozalbetes europeos y/o anglosajones en general. Me parece que a más de uno lo he visto yo por el centro de Valencia en bemeuves de la serie más cara y con gafas de sol “fashion”… ¡¡¡¡qué tipos más “cool”!!!!. (¡¡¡ Y qué contentos están con ellos los propietarios de pisos en la avda. de Francia!!!). En fin, dejamos atrás a los FórmulaUnodelMar preguntándonos por qué le llaman Copa de América si se celebra en Europa, por mucho que un puñetero barco de hace 200 años se llamara América… ¿Y si aquel barco se hubiera llamado “Tits” como el yate del hermano del Sultán de Brunei? ¿Le llamarían entonces la Copa Tetas? 

Todos estamos descansados y contentos, Buena temperatura y mar en calma. El Mediterráneo es una bendición… ya nos enteraremos de lo que es el mar más adelante. En pocas horas llegamos a las Islas Columbretes…

Como no se trata de repetir obviedades aquí tienen ustedes información sobre las islas. (También pueden mirara en wikipedia, enlace que va a ser utilizado muy a menudo en este viaje) En las explicaciones históricas siempre hay cosas que me llaman la atención: Parece que las islas eran inhabitables porque estaban llenas de serpientes. Tantas había que hasta le dieron el nombre a la isla. Y tantas eran que en el siglo XIX algún personaje harto de picaduras quemó al isla para acabar con ellas. Son embargo la wikipedia nos dice que “durante siglos fue morada y refugio de piratas y contrabandistas”… vamos a ver ¿acaso las serpientes no picaban a los piratas y contrabandistas? ¿O iban tan sucios y olían tan mal que las serpientes no se les acercaban? Un misterio para entretener a los historiadores. 

Me ha llamado la atención esta leyenda que he encontrado aquí: "Los hechos sucedieron en las Islas Columbretes a raíz de un temporal que hizo naufragar un vapor contra ellas. Ayudados por el torrero y su familia, la tripulación ganó tierra firme en espera de la llegada de los auxilios y sin posibilidad de aviso. Los días pasan y el temporal no amaina, haciendo imposible la arribada de ningún buque. Agotadas las provisiones y perdida la esperanza, piensan en utilizar la hija del torrero como alimento. Este se hace fuerte con su familia en la torre. Al fin cuando la situación es desesperada, el tiempo amaina y vienen a recogerlos. (...)" 

Siempre me han hecho gracias estas leyendas. Tenían tanta hambre que se querían comer a la hija del torrero ¿y por qué no al torrero?. ¿o es que no era hambre lo que tenían? En fin, ya sabemos que estas leyendas son así de curiosas. Más adelante, cuando el viaje avance, hablaremos de leyendas de verdad, de leyendas reales; o sea de gestas y actos heroicos. Pero eso será en su momento. 

Además en esa web nos dicen que ningún farero quería ir allí. Curiosa contradicción. Hemos estropeado tanto nuestra sociedad que estoy seguro de que ahora habría bofetadas por un puesto así para perderse y no saber de nadie. Pero los fareros se fueron de allí en 1975 y si alguien quiere ir tiene que ser con permisos especiales y bajo vigilancia. Cosas del progreso. (Al menos ahora no caen en las islas pepinos del Ejército del Aire, y eso también se lo debemos al progreso). 

En fin señores. Naden, buceen, dénse una vuelta por la isla, saluden al guarda de la Consellería de Medio Ambiente y no toquen nada. (Que el guarda de seguro tiene ganas de soltarnos alguna recetilla en forma de expediente sancionador). Disfruten, que mañana zarpamos hacia un nuevo destino… 

PD: Prometo que más adelante será más interesante, no sea que se bajen del barco)…

Últimos preparativos

Últimos preparativos

Éste es el barco en el que nos vamos. Los preparativos ya están muy avanzados. El tanque de fuel lleno (aunque vayamos en velero es necesario evitar el peligro de la calma chicha). La despensa con abundante comida. Hemos reunido toda la ropa de abrigo que hemos podido, y por supuesto los útiles de pesca y de buceo. Obviamente llevamos el correspondiente cargamento de ron, imprescindible allá donde se embarcan auténticos marineros. También hemos hecho gran acopio de güisqui, que será muy necesario en determinados momentos de la travesía. En una pequeña caja hemos metido unos cuantos pendientes, que también serán necesarios en su momento.        

Navegar por el océano en un velero de escasos doce metros de eslora no es ninguna broma. La supervivencia depende del trabajo de todos. Y todos deben trabajar duro cuando sea necesario. Si hay tormenta hay que izar y arriar velas continuamente y no parar de corregir el rumbo para que el barco no entre en la ola de tal manera que vuelque o se parta en dos. Para que todo esto funciones tiene que haber un jefe. Un capitán al que se obedezca sin rechistar cuando sea necesario. Y el capitán obviamente será quien más experiencia náutica tenga. No hace falta que diga que no seré yo. 

Cuando estás en cubierta hace viento, frío, humedad, lluvia… a veces las olas te mojan. En otras ocasiones  el sol te abrasa. También es cierto que sufriremos menos que los navegantes de antes: Tenemos nevera, calefacción, cerveza, fuel (por si hay calma chicha), radio, gps, sabemos cómo combatir el escorbuto… y encima el planeta tierra ya es conocido en su totalidad. Nos vamos de aventura en el siglo XXI. Y podéis creerme, para una navegante del siglo XVI lo que vamos a hacer es una auténtica mariconada.          

El aspecto psicológico es tremendamente importante. Pasaremos semanas sin ver tierra compartiendo el escaso espacio del que dispone el barco. Hay que hacer guardias, la alerta debe ser constante. La superficie que pisas va y viene, se desplaza hacia arriba y hacia abajo, de un lado al otro. Cuando duermes no dejas de ser zarandeado constantemente por el mar … y eso hay gente que no lo aguanta. Vivir semanas en una bañera rodeado de la inmensidad del océano y sin posibilidad de salir destruye tu intimidad. No puedes estar solo y tienes que aguantar a los demás las 24 horas. Hay personas que se trastornan, que se vuelven irascibles y no se soportan ni a sí mismos. Mi amigo (el del catamarán) me comentó que cuando fue al Caribe bajó a un tripulante en Cádiz, y otro abandonó en las Canarias.          

Señores. No vamos a dar una vuelta en el yate de Rainiero con las chicas Martini a la vista de Mónaco. Vamos a dar la vuelta al mundo. Y eso es cosa seria. Insisto. No es un viaje de placer. Pasaremos penurias y peligros.   

PD: Estamos ante un viaje imaginario. Si leyera estas páginas algún verdadero navegante puede que encuentre errores o incongruencias relativas a la navegación. Pido disculpas por anticipado porque estoy seguro que ocurrirá. No tengo experiencia en navegación ni pretendo aparentar lo que no sé. Y soy consciente de que si verdaderamente realizara este viaje que tanta ilusión me hace posiblemente no pudiera soportarlo. Pero si fuera posible seguro que al menos lo intentaría…  

De hecho tenemos una gran ventaja. Al ser un viaje imaginario podemos enrolarnos todos los que queramos. Quien siga el viaje viajará conmigo. Y el tiempo dirá cómo nos va o si llego a puerto solo. Si es que llego… 

Mi querida tripulación. Dormid bien esta noche que mañana zarpamos…