Blogia
Amoragando

Sin ton ni son

Dedicado a Koji Kabuto

Mi hermano, que es un tío cachondo, me pasó el otro día un ficherito de audio que dijo que me iba a gustar. Se trataba del tema de cabecera de la célebre serie de dibujos animados “Mazinger Z”, emitida por la única televisión disponible entonces, que no se llamaba TVE sino televisión española. Hablo de 1978 aproximadamente.

“Lo mejor de todo” –decía mi hermano-, “es que la canta Raphael”. Me costaba creerlo, pero también es cierto que en aquella época estaba más pendiente de los monstruos y robots que de quién cantara la canción…

En cuanto pude ejecuté el fichero. Y me di cuenta de que estaba equivocado al pensar que en estos últimos años me había trabajado el olvido…

“Mazingeeeer  er   er    er…. Planeadoooor abajoooo ajoo ajoo ajoo” (voz de niño)

En sólo dos segundos, con una simple frase antes de iniciarse la música, mis pantalones eran cortos, mis rodillas sucias y raspadas, y me veía delante de mi ya jubilada Thomson a todo color (era la hostia en la época, oye) viendo Mazinger Z…

“La maldad, y el terror, Koji puede dominaaaaaaaaaaar…” (aquí ya entra Raphael)

            Koji Kabuto. Joder. Koji Kabuto. Más de 25 años sin escuchar ni mencionar ese nombre. Koji Kabuto, el héroe indomable que pilotaba a Mazinger. Koji Kabuto, con ese rictus, esas expresiones tan japonesas en que la cara se queda fija y parada durante 40 segundos mientras tiembla la imagen durante el mismo tiempo para hacernos ver que el chico está pasando un apuro. Koji Kabuto. ¿Qué más decir del bueno de Koji si con sólo decir Koji Kabuto está todo dicho?

“… y con él, su robot, Maaaaaazingeeeeeeeeeeeeeeeeeer…”

            El Barón Ashler. Ese ser bisexual y hermafrodita que pide a gritos un papel protagonista en una peli de Almodóvar. Si te daba un perfil hablaba el hombre, si te daba le otro perfil hablaba la mujer, y si miraba de frente los dos a la vez. Y mirase como mirase siempre era malo malísimo. Sólo un genio japónido pudo tener tal ocurrencia. Hoy el barón Ashler sería objeto de estudios psiquiátricos y sesudos psicólogos expondrían teorías acerca de lo positivo que es para los niños manifestar la dualidad de género en una misma persona; y mientras tanto algún telepredicador condenaría la serie por fomentar al homosexualidad. En 1978 éramos más pobres y más cutres y no teniamos “pleiesteison”, pero éramos menos gilipollas. Así que para la sociedad en general y para los niños en particular el Barón Ashler sólo era eso… el Barón Ashler.

“…. Mazinger es fuerte y muy bravo, es una furiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa….”

            Afrodita-A… ese icono sexual de los niños de los 70. No tardaríamos mucho en ver revistas guarras a escondidas en actitudes onanistas. Pero hasta que llegara ese momento las destructoras tetas de Afrodita-A al grito de “Pechos fuera” colmaban todas las aspiraciones sexuales de un niño de 10 años. Y al hacernos mayores ¿quién no ha pensado alguna vez en la célebre frase de “pechos fuera” cuando ha volado un sujetador?

“… no pueden con él, preparado a combatir estaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaá…..”

            Es verdad que no podían con él. En cada capítulo el Dr. Infierno encargaba un nuevo monstruo al Barón Ashler. Éste/ésta diligentemente diseñaba y fabricaba un monstruo “made in Japan” que ponía en apuros a Mazinger hasta casi vencerle… pero en el último momento siempre ganaba el bueno. El caso es que en todos y cada uno de los capítulos Mazinger acababa hecho añicos, destrozado y casi irreparable. Pero siempre ganaba in extremis. Yo entonces me preguntaba por qué los malos no dejaban tranquilo a Mazinger 2 ó 3 capítulos para soltarle 3 monstruos a la vez. Seguro que habrían ganado. Pero nunca lo hicieron.

“…. es inmortal el robot, siempre lucha por la paaaaaaaaaaaaaaaaaaz…”

            Bueno. Tal vez entonces me creyera que luchaba por la paz, pero el muy hijoputa no dejaba de lanzar rayos-x y bombas nucleares por todas partes. De hecho creo si hubiera sido real habría luchado por la paz, pero Japón sería hoy un cementerio nuclear. Ahora que caigo… Estados Unidos también lucha por la paz ¿o no?.

“…su amistad y su amor Koji puede controlaaaaaaaaaaaaaaaar…”

            Esta frase la metieron con calzador. Fijo que sí.

“El poder, la verdad, con Mazingeeeeeer Zsiiiiiiiiiiiiiiii…”

            Esta frase cantada es un tópico de la infancia de mi generación. Sólo de oírla me imagino a mi madre diciendo “límpiate esos mocos…”

“… oyeeeeeeee….. viste aquel reláaaaampago… es el hombre de hierrooo… escuchaaaaa….  Oíste aquél chooooqueeeee…es el robot gigaaaaaaanteeeeee… es nuestro amigoooooo… el robot que hace justiiiiiiciaaaaa….”

Sinceramente. No recordaba este recitativo. Pero oírlo 30 años después cantado a voz en grito por Raphael sencillamente no tiene precio. Es un maestro Raphael… cómo alarga las aaaaaaas y las eeeeeeees, y qué genialidad en su recitativo. Y el letrista un monstruo, inculcando la búsqueda del poder y la verdad por un robot que hace justicia. Eso sí son principios y valores y no los de la pleisteison con sus juegos violentos…

“Koji ya puede volar, con Mazinger bajo el cielo azul, Koji ya puede nadar con su robot bajo el maaar…”

Ya casi había olvidado la versatilidad del robot. Y ahora se creen modernos por fabricar monovolúmenes. No te jode… (monovolúmenes que por cierto compramos los mismos niños que veíamos Mazinger Z).

“Mazinger Z, es rápido y veloz, con sus enemigos no hay piedaaaaaaaaaaaaaaaaaaad…
Puede controlar la paz con su energía mortaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal…”

            En 1978 yo era muy inocente… nunca se me ocurrió pensar que Mazinger era una alegoría de la política exterior norteamericana.

“A toda velocidad, sus puños vuelan, de su pecho un rayo fatal lanza sin cesaaaaaaaaaaaaaaaaar…”

Esta frase es de las más recordadas. Y pensar que hay ahora tanto niñato presumiendo de coleccionar Manga… y resulta que todos los niños españolitos de los 70 consumiamos Manga en la tele sin saberlo.

“Mazinger Z, Mazinger Z, Maaaazingeeeeeeeeeeeeeeeeeeeer Zsiiiií”

Gran final de la canción. Final que no nos concedieron en su día porque algún hijoputa de la televisión quiso que los niños no viéramos el último capítulo. Pasamos más de un año viendo la serie, esperando que algún día Mazinger se cargara de una puta vez al Dr. Infierno, al Barón Ashler y al conde no-sé-qué que iba con la cabeza en la mano. Y vimos con ganas todos los capítulos. Los comentábamos en el patio del colegio cuando era invierno y en la playa cuando era verano, y nos preguntábamos cómo acabaría. Aún hoy nos lo preguntamos porque algún cabrón eliminó el último capítulo de la parrilla. Ojalá el responsable haya sido engullido por los índices de audiencia y se pudra en el infierno con el doctor del mismo nombre.

PD: No sé qué me ha gustado más. Si mi regresión a la infancia o escuchar a Raphael en todo su esplendor.

El día que fui alguien

"El día que fui alguien" no es más que mi experiencia mística vivida el día del Valencia-Mallorca al asisitir al palco VIP. Notará el inexistente lector que no se habla ni una palabra de fútbol. Lógico. Igual que en las gradas del estadio del Cádiz se canta "alcohoool, alcohoool alcohool, hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual..." yo fui al palco VIP a ser importante y glamuroso y el resultado me daba igual. Se habla de algunos directivos sin mencionar el nombre, así que quien no sepa nada de la vida social del Valencia CF puede perderse algún matiz. En fin, sin más preámbulo allá va la crónica de mi día en el palco VIP de Mestalla: 

“En el caso de los caballeros es aconsejable chaqueta y corbata”, reza la invitación. No importa. Ese maldito disfraz lo llevo a diario por obligación, así que para allá me dirijo con mi invitación.

La llegada:
Puerta principal en el centro de la fachada del recinto. Tras superar el pasillo de cordón azul sobre postes oro, un tipo encorbatado con minglanillo en la oreja da el visto bueno a mi invitación y a mi vestimenta. Presto subo las escaleras, al final de las cuales una enorme puerta de maderas nobles me franquea el paso. Sólo el paso del cordón azul sobre postes oro ya hace que empiece a sentirme alguien en esta ciudad.

Entro en una gran sala ¡¡¡con calefacción!!!. Junto a las paredes, largas mesas exponen diversos canapés (-sr. Presidente, el jamón de pato estaba un poco correoso-). Cuando fijo la mirada en unos apetitosos minibocadillos de morcilla una cara conocida y triste cruza por delante, se trata de Marco di Vaio (-bonito pendiente ¿dónde dejó su corbata?-). Deambulo por la estancia y no veo más que caras conocidas, trajes y relojes caros y pelos engominados. Entre canapé y canapé se escuchan frases del tipo "veré lo que puedo hacer" “esa opción de compra no me pareció suficiente…” o “llámame al despacho mañana…”. Pedro Cortés luce su envidiable pelo (¿productos “Enri” tal vez?) mientras reparte falsas sonrisas por doquier. En las diversas tertulias hay otros personajes, como Soler padre…
Ya me he tomado un par de frías cervezas de barril (-¿zona libre de las restricciones al alcohol en los estadios?-) y busco el baño. Es en el piso de arriba. ¡¡¡Por Dios!!! ¡¡¡auténtico parquet!!!. ¡¡¡Para ir al baño hay piso de parquet!!!. Incrédulo abro la puerta. Estoy preparado para encontrarlo limpio (cosa imposible en otras zonas del estadio), incluso para lavarme las manos en un lavabo de diseño… para lo que no estoy preparado es para secármelas con una auténtica toalla de rizo (-digo yo si las traerá Caneira de Portugal-). Disfruto el momento y pienso que ya tengo un nombre en la vida valenciana…

Se acerca la hora del encuentro y acudo a mi localidad: asientos ¡¡¡cómodos y con reposamanos!!!, suelo aislante ¡¡¡y limpio!!!. Acudo a una de las muchas morenazas que atienden a los asistentes (-apuntad que al Jefe de Recursos Humanos la gustan morenas-). Me asignan mi localidad y ... he aquí lo mejor. A mi derecha en la fila anterior a la mía tengo al presi con su pantalla de plasma (-digo yo si con el nuevo estadio nos pondrán una pantalla de plasma a cada uno-). Cada vez me siento más importante en la sociedad valenciana. A este paso me entrevistará Julio Tormo…

Los personajes:
Vayamos con la fila justo delante de la mía: Delante de mí el ínclito Barrachina, a su derecha el sr. Lucas, a la derecha de éste el ladrillopresi, y después el presi del Mallorca. A la izquierda de Barrachina el concejal Domínguez, y a su derecha otro concejal cuyo nombre no recuerdo.
Mi fila: Un par de asientos a mi izquierda el sr. Subirats muy interesado por su móvil. Entre él y yo un señor que no sé quién era pero parecía muy importante y la persona que me invitó. A mi izquierda asiento vacío, después un, según me dicen, alto cargo de Hacienda; a su lado un directivo italiano (-sr. Ciccela, llega usted tarde-).
Si miro a mi alrededor veo más caras conocidas: di Vaio, Curro Torres, Carboni… el conseller Blasco, algún político más que conozco de cara pero cuyo nombre no recuerdo, Ángel Casero (que se abraza con el concejal cuyo nombre no recuerdo pero creo que lo es o fue de Deportes), y algunos más personajes conocidos que ahora mismo olvido. Los que no conozco son gente variopinta y dispar… unos llevan trajes caros, otros relojes caros, unas abrigos caros, otras joyas caras, unos pelo engominado con raya, otros pelo engominado hacia atrás. Vamos, lo normal de cualquier reunión de amigos de barrio.
Empapado de glamour me dispongo a ver el partido con la ventaja que supone ver las jugadas dudosas repetidas en la tele de plasma del sr. Presidente.

La piedra y ella:
Una gigantesca y fulgorosa piedra se acerca hacia a mí y se aposenta en el asiento vacío de mi derecha. Tengo que cerrar los ojos para que no me deslumbre…(-que manden Scotland Yard a la Torre de Londres, debe faltar allí la Reina de África-). Al poco me apercibo de que hay una mujer a la piedra pegada. Llega tarde la miembro (¿o miembra?) de la directiva. Será porque además de la piedra lleva en sus dedos y muñecas toda la producción sudafricana de diamantes del último año. No para de hablar por su móvil de futura generación (-debe costar casi tanto como la piedra-). En la segunda parte no se sienta a mi lado. Debo de ser poco para su anillo…
La distinción y el glamour empapan todo mi ser. Vivo sin vivir en mí de la emoción…

Conclusión:
Ya me siento realizado. Para ver la repetición de las jugadas tengo que mirar por encima del hombro al Presidente, me he sentado junto al mayor diamante de la tierra, me he codeado con sonrientes políticos, he pasado un rato rodeado de gomina, he bebido cerveza en el estadio, he comido canapés, bellas azafatas morenas me han dirigido sus sonrisas, he pisado parquet, me he secado las manos con una toalla de rizo… hasta me ha sonreído Barrachina. Ya soy alguien, ya tengo nombre en esta ciudad, ya tengo un hueco en la jet-set… ya soy un VIP.

“Los elementos de animación, como bufandas, banderas o similares, no están permitidas en el recinto” dice la invitación. Vale, ya soy un VIP. Pero para ver el fútbol en Mestalla prefiero mi localidad habitual. Basta leer lo que dice la invitación para entenderlo. Y además dudo que vuelvan a invitarme.

Televisión, insomnio y catatonia

Animado por un sensacional artículo acerca del picoteo de tv (verbigracia http://quitamelosclavos.blogia.com/2005/121201-picoteando-tv.php), a continuación expondré mi experiencia de hace un tiempo en la mejor televisión del mundo.  

DIA 1: 

En algunas de las ocasiones en que me visita el insomnio cometo barbaridades como zapear por la televisión, incluyendo las extrañas cadenas piratas y semipiratas que pueblan las ondas. El aburrimiento herziano es un gran aliado en busca del sueño reparador.

Pues bien, hay una cadena que últimamente me tiene alucinado y en la que he encontrado gran ayuda: la televisión de la Universidad Politécnica de Valencia.

Me animé a visitar esta cadena tras el visionado de un interesante dcumental acerca de la cópula del saltamontes centroafricano que en cierta noche facilitó extraordinariamente mi acceso al sueño.

Mi expectación subió en otra ocasión en que la ayuda me llegó de un interesantísimo documental sobre la ribera del Sil. Lo fundamental del invento es que lo transmitían en gallego. El sueño llegó de inmediato.

Mi entusiasmo se elevó al infinito con la transmisión de la ponencia de un sesudo catedrático en dinámica de fluidos cuya disertación no logré comprender pero me ayudó a encontrar la senda de Morfeo.

En los últimos días he llegado a la cima, porque ya no me pueden sorprender. Ahora transmiten tertulias de unos fulanos árabes que hablan en eso... en árabe. Juro que es verdad. Tras quince minutos viendo a los susodichos fulanos y oír sus jamalajás mientras se tomaban en serio sus discusiones la entrada al tálamo es inmediata. Huelga decir que en estas tertulias en árabe no ponen subtítulos, lo cual sin duda le quitaría toda la gracia al asunto.

Hoy no tengo suerte. Son las 00:30 y están dando aerobic con una oronda muchacha dirigiendo y sus compis de clase dando saltos en un aula del Poli. Así no hay quien duerma. Esperaré a mis amigos árabes, pero sólo 15 minutos más.

La tele de la UPV es curiosa y los árabes son la solución contra el insomnio... quién me lo iba a decir.

DIA 2:

Lo siento pero debo insistir. La televisión de la UPV me tiene enganchado...

Acabo de ver el final de otro documental sobre Galicia... por supuesto en gallego (de no ser así ni se me ocurriría prestarle atención). Han hablado de la zona menos lluviosa de Galicia pero no me he enterado de cuál es (esta televisión precisa ser vista en estado catatónico). Lástima haberlo pillado casi al final.

Ahora comienza su programa estrella. El informativo de la UPV: algo dicen de un sin duda interesantísimo Congreso de Acuicultura... mucha imagen acuática y tal. Nada del otro mundo.

Pero esto sí me ha despertado del letargo. Un grupo de universitarios se ha reunido en el aula 29 del edificio 3 g) (creo) para un curso de no sé qué. Gran noticia pero ¿cuándo salen mis tertulianos árabes?.

Al loro con esto. Una estudiante de una universidad inglesa ha diseñado un bolso que se ilumina con energía solar que "puede tener una estrecha relación con el teléfono móvil". Que le den el Nobel. Mi letargo me impide enteder a qué relación se refieren... son las 23:45 y el sueño empieza a apretar. Sólo echo en falta a mis tertulianos árabes ¿cuándo salen?

Unos anuncios de sus propios programas y... sigo esperando a mis tertuliano árabes.

Dios mío... hacen "Noticultura", el espacio de no sé qué para conservar el arte en New York. Una exposición de arte moderno de una maravillosa artista coreana. No sabría decir si son cartulinas o cartones pero la obra debe ser la hostia a tenor de lo que explica la propia Ca Hae Park (la artista). Quedo defraudado... la artista habla en inglés (por supuesto sin traducción), pero es algo que me decepciona. Por un momento pensé que hablaría en coreano. Éste no es un programa exclusivo. Sigo prefiriendo la tertulia de los árabes.

En fin. Son casi las 00:00 y ya me ha entrado el sueño mientras la coreana explica una obra de arte llena de hierros retorcidos de color blanco. Canela fina la obra... y la coreana.

Una lástima. Me he quedado sin ver a mis tertulianos árabes. Pero me voy a la cama con una reflexión clara: debería volver a la lectura.

Sufrir en silencio

Es algo que llevas dentro, difícil de describir. Te desgarra, lo sientes, intentas explicarlo. Pero no puedes hacer nada. Te consume, lo notas en tu interior. Sabes bien que no sirve de nada el psicólogo ni el psiquiatra. Sabes bien que el psicoterapeuta argentino sólo cobrará, pero no resolverá tu problema. Sabes bien que ahí está, en tu interior. Que pasará con el tiempo, pero mientras llegue ese momento sólo puedes esperar. Intentas escupirlo, gritar y que salga de tu interior. Pero hay cosas que no pueden ser, y no puedes ni si quiera gritar. Hay cosas que hay que sufrir en silencio. Y por eso, como todos, sufres en silencio las ....

Amoragando

Recuerdo las bellas imágenes de "2001:Odisea del espacio" en que uno de los astronautas queda para siempre vagando en la inmensidad del espacio sin rumbo y en la soledad más absoluta.

Inicio este blog con la seguridad de que nadie me leerá y a nadie le importa lo que yo escriba. Al igual que el astronauta de 2001 mis artículos vagarán por la inmensidad de la red sin ser vistos por nadie y en total soledad. Tal vez sea esto lo que atraiga a la hora de iniciar un blog o tal vez no. Quién sabe.

Así que doy la bienvenida a nadie y espero que quien quiera que no me esté leyendo disfrute conmigo del olorcito de las sardinas en esta moraga que hoy comienza.